Son tres
hermanitos
Sería en la
tarde de un agotador sábado de Agosto que, entrando al apartamento que ocupábamos
en Residencias Altagracia, me encontré con la agradable sorpresa de que mamá y
papá acababan de llegar con sus nietos. Un rato después de los saludos y
abrazos de bienvenida, mientras ellos todos se ponían cómodos, fui a la cocina
a preparar varios litros de Toddy frío para refrescarnos. La bebida no alcanzó
para mí, pero logré poner un vaso en la mano de cada uno de los presentes.
Justo cuando terminaba de repartir, llegó mi hermano Pedro. Desbordado de
alegría se entretuvo en abrazar a los visitantes, y entonces, como el
apartamento era pequeño, me fui a un
rinconcito donde él tenía su cama, pretendiendo descansar un momento mientras pasaba el
barullo. Entonces llegó ella, moviendo circularmente su vaso de Toddy y
tintineando los hielos. El labio superior rebosante de la espuma del chocolate
ameritó que pasara su lengua en un intento de adecentarlo antes de decir: ¿Por
qué no le diste a mi tío Pedro? ¡Son tres hermanitos!
Sorprendido
por aquella firmeza quise molestarla un poco, y con tono de lógica burlona, le contesté: Son tres
hermanitos pero no alcanzó el Toddy….
¡Entonces te
echo este encima! Y amagó con el vaso……
¡No, no! ¡Ya
voy a preparar para él!
FIN
Como dijera
su tía: ¡No sabía que lo querías Tantoo…!
Seu
San Diego,
sábado 21 de septiembre de 2024.
Jajaja mi bella sobrina siempre con esas salidas
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