El Mapa Falso
EL MAPA FALSO
Bueno, eso cree él. Los
primeros días siente la euforia de ser el propio jefe de su vida. Pronto se da
cuenta de que en el trabajo le critican como se viste y le imponen restricciones.
También le dan órdenes sin pedirle ninguna opinión. Pero no importa, le están
pagando. Le pagan poco, pero le pagan. De todas maneras no tiene que oír a su
jefe las 24 horas. A las seis de la tarde termina su turno y se larga para su
casa. Bueno, realmente no tiene casa. Va a una dizque pensión donde paga por
una cama donde dormir en una habitación compartida con otro fulano que no
conoce. Claro, antes de llegar a la pensión se detiene a cenar. Cenar es una
manera de decirlo, pero realmente se detiene donde un vendedor ambulante de
perros calientes. Le alcanza para comerse uno y un refresco. Ya la ropa
comienza a quedarle grande, pues en cuestión de semanas perdió 6 kilos. Es
natural, pues ahora se traslada a pié y en bus cuando las distancias son muy largas.
Tampoco dispone de una nevera surtida con alimentos para picar entre comidas.
No hay postres ni meriendas, tampoco frutas de la temporada.
Pronto tiene que admitir que
esa libertad no es tan bonita como creía, pero bueno, a lo hecho pecho, algún
día iba a suceder. Además, ¿hasta cuando se iba a calar ese control? ¡No vengas tarde! ¡Baja ese volumen! ¡Consulta
eso con tu papá! ¡No joda!
Al principio los fines de
semana los agarraba por la punta, pero pronto concluyó que era más inteligente
aprovechar de matar un tigre en ese tiempito libre y así ganarse algo para
mejorar la calidad de vida. De todas maneras los panas solamente hablaban de la
universidad y las jevas ya no lo veían con el mismo interés, era claro que su
status social había desmejorado. Inmediatamente se dio cuenta de que se estaba
quedando rezagado, y pensó en inscribirse para el próximo semestre. ¡La vaina
es que tendría que estudiar de noche! ¡Su madre! ¡Y quién puede pagar estudios
con este mísero sueldo! Bueno, pero aún faltan tres meses para las
inscripciones, de aquí a allá veremos qué pasa.
Cuando llegó el momento de las
inscripciones se encontraba sin trabajo y su principal objetivo era conseguir
la comida del día y algo para el pago de la pensión pues le exigían la quincena por adelantado.
Los estudios tendrían que esperar. Como si los estudios esperaran por alguien.
Cinco años después, cinco años desperdiciados, comenzó a
sospechar que iba por la vida con un mapa falso. Cada aspecto de su vida tenía
un peo. Y en todos el factor común era el dinero. Pero también había visto que
para tener dinero también se atraían peos. Y al tenerlo, surgían otros peos. O
sea, la vida era un inmenso peo.
En Venezuela la palabra peo se
refiere a gases expulsados por el ano, generalmente ruidosos. Pero también se
refiere a circunstancias donde los hechos no se desarrollan armoniosamente,
sino que al contrario, surgen complicaciones inesperadas que hacen difícil
sostener la situación. Realmente no veo la analogía entre el verdadero peo y las
circunstancias complicadas; supongo que se les da el nombre atendiendo a lo
insoportable que es quedarse en presencia de un fétido gas, o a lo bochornoso
que resulta quedar en evidencia si se te escapa con ruido. El caso es que un
peo es una situación confusa, desagradable y de difícil solución. Claro, me
refiero a las circunstancias, no a los gases. Bueno, ambos.
El punto es que nuestro
aprendiz de adulto llegó a la conclusión que de la vida no entendía nada de
nada. Todo lo que había tenido por cierto, al final presentaba una falla. Con
razón había tantos libros sobre la vida que al final no te ayudan a nada y
tantos gurús enriquecidos por los compradores de sus libros, pensó.
Sin embargo algo estaba claro.
Todos podían darte alguna orientación útil alguna vez, pero nadie tenía todas
las respuestas y mucho menos podría pretender dirigirle la vida a otro.
Reconocía sí, que su padre y su madre habían acertado en casi todo. Claro,
ellos no trataban de dirigirle la vida, simplemente lo alertaban para que no se
arriesgara a cometer errores. ¡Al fin los estaba comprendiendo!
Pero de que andamos por la
vida con un mapa falso, andamos.
Una excelente reflexión acerca de las decisiones que tomamos en la vida. Gracias papá. Te amo.
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