DPD
Dios en proceso de desarrollo
Nos
hacemos un grandísimo favor, cuando dejamos de percibir a la causa de todas las
cosas, como ese personaje humanizado que nos pintaron: un anciano de perfecta salud, de largos cabellos blancos y larga
barba blanca, vestido a la moda de hace 2500 años, y que permanece sentado
descalzo en una blanquísima nube, al parecer sin más ocupación que observar el
comportamiento de los seres humanos. La raza humana lo tomó de manera literal,
al punto de que hoy en día, cuando una persona quiere dialogar con Dios, eleva
su vista hacia las nubes, o hacia el techo, si está dentro de su casa.
El
planeta Tierra y cada ser que lo habita, también el Sol y cada uno de los
elementos del Sistema Solar, el Sistema Solar como un todo, la Vía Láctea y
cada galaxia del Universo, el Universo como un todo, es Dios en proceso de
desarrollo.
Acepté la idea de que no existía vida en una roca,
hasta que me di cuenta que una roca y también un minúsculo granito de arena son
partes de un ser llamado planeta Tierra que está en proceso de desarrollo. En
consecuencia, mi relación con el planeta que habito, cambió. Ahora veo con amor
a cada elemento que me acompaña en esta experiencia que llamamos vida. Tiendo a
saludar cariñosamente a cada vida vegetal o animal que consigo en mi camino,
también a las personas, consciente que todos y cada uno son una manera
particular de Dios en proceso de desarrollo. Realmente cuando saludo, cuando
interactúo con lo que me rodea, estoy reconociendo a Dios como
esencia de lo que veo.
Lejos estoy de entender a La Causa, pero hoy me siento
más relajado al considerar que la vida no termina al exhalar el último suspiro,
pues este acontecer es sencillamente el cierre de una etapa y comienzo de otra
nueva, en la que La Causa, la esencia del ser, el espíritu imperecedero,
continuará su proceso. Me reconforta saber que también yo soy DPD.
Seu
San Diego, Jueves 23 de mayo de 2024.
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