Fragmento

Fragmento de la historia de una vida



.- Buenos días amado padre. ¿Cómo amaneciste?

.-Buenos días, hijo de mi vida.

 Amanecí adolorido, pero mejor que ayer, y también con mayor sabiduría.

Después de darle sus medicamentos a mamá volví a la cama para descansar otro ratico.

Pero no dormí, sino que disfruté el rato reflexionando, y aprendí conocimientos valiosos.

Ahora me levanté sintiéndome todavía mejor y mentalmente repotenciado.

.- Y además de darle gracias al Creador por otro día más de vida, ¿ Qué otro aprendizaje tuviste?

.- Realmente no comenzé dando gracias por otro día más de vida, sino más bien exponiendo la queja de que he vivido tantos años y aunque he adquirido bastantes conocimientos, aún no alcanzo a descifrar cuál es el punto clave para manejar la vida. Algo así como: ¿Y entonces, qué carajos hago yo aquí?

Bueno, me lo restregaron amablemente en la cara.

.- ¿Y qué aprendiste, o cuál fue la respuesta a tu pregunta?

.- Lo que tanto tiempo hemos sabido y nos han dicho tantas veces.

Amar a Dios.

Lo que sucede es que esa orientación requiere ser analizada para poder entender de qué se trata.

Yo lo he hecho varias veces y lo he visto clarito, pero ha sido como una luz que se enciende por un momento , luego se apaga, y con los días, o quizá horas, ya se te olvida.

Nuestras creencias, nuestros conceptos, producen vibraciones. Esas vibraciones afectan toda nuestra vida, incluyendo nuestro cuerpo y todo lo que percibimos, cosas, personas, circunstancias, o sea, la vida.

Cuando creemos en la existencia de la perfección, en la existencia de El Bien, y lo cultivamos, cuando vivimos permanentemente enamorados de El Bien, entonces vibramos de una manera particular que afecta toda nuestra vida y trae orden positivo en todo.

Por eso es que el primer mandamiento es Amar El Bien. 

Pero como no nos llegó la explicación, no sabemos qué hacer con eso.

Entiendo que es algo que tenemos que descubrir por nosotros mismos, analizando y reflexionando hasta comprenderlo sólidamente.

.- En ocasiones también yo me pregunto cuál es mi propósito en este mundo, por qué debemos lidiar todos los días con nuevos problemas.

Y mayormente me hago esta pregunta cuando me siento ahogado o cansado de la situación en que vivo.

Me doy cuenta que en todos los ámbitos, bien sea estudio, trabajo, responsabilidades, o deberes siempre es lo mismo.

Y es la rutina la que termina obstinando a uno.

Es necesario tener vacaciones para hacer otras actividades que uno disfrute y entretengan la mente.

Salir de ese círculo rutinario sería una opción.

.- Nunca pierdas de vista que La Obra del Creador es perfecta. De manera que todo lo que percibes cumple una función que puede abarcar varios propósitos a la vez. Todo nos lleva a algo. No hay desperdicio.

Si no nos sucedieran vivencias, no tendríamos reacción, permaneceríamos estáticos.

La vida es precisamente un constante suceder de algo. Y todo pareciera suceder para movernos a algo, a reflexionar, a decidir,,, a vivir, ... y a encontrar la explicación de la vida.

Pero lo inmediato en este plano es desear y buscar el mundo perfecto. Ese nivel lo alcanzamos en el estado constante de amar El Bien.

Suele suceder que queremos cambios inmediatos, y al no recibirlos, abandonamos el rumbo.

Así como el agua cambia de estado líquido a hielo paulatinamente, así conviene que pasemos de nuestra vibración habitual a otra superior o inferior.

Requiere convicción y paciencia para vivir disfrutando el cambio en sus etapas mientras se va dando.

Importante es comenzar cuánto antes y volver al camino cada vez que nos salgamos de él.

.- Sí claro, así es y será siempre.




Seu

San Diego, martes 22 de julio de 2025.

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