Mi pequeño Universo


Mi cuerpo es lo que llamo "Mi pequeño Universo", y el mundo que me rodea es sencillamente un reflejo en macro de lo que sucede en todo mi cuerpo como sistema.

Mi pequeño Universo está conformado por un número inmenso de componentes.

La relación que existe entre cada uno de esos componentes con todos los demás, determina si el clima de convivencia es armonioso o de conflicto.

Para que una orquesta sinfónica suene con música de los dioses es imprescindible que todos sus elementos estén alineados y acoplados armoniosamente, que funcionen como equipo, que exista amor y paz entre todos ellos.

Lo mismo rige en mi pequeño Universo. El ritmo de cada sub sistema debe funcionar acoplado con todos los demás. De lo contrario, más temprano que tarde, sobrevendrá el deterioro y el caos.

Cada célula de mi cuerpo físico debe resonar en consonancia con todas las demás.

El ritmo de mi sistema respiratorio y de mi sistema circulatorio debe ser compatible y armónico con todos los demás sistemas. Mi mente debe estar en paz y sin sobresaltos, angustias, desánimos, ira, reconcomios, inconformidades y desamor.

Cuando todos mis sistemas están funcionando alineados y en agradecimiento por la oportunidad de estar vivos, esa armonía en consecuencia emite una frecuencia de onda que repite ese patrón de comportamiento en las partículas que forman el mundo que me rodea. Entonces mi entorno se comporta como un amante enamorado que desea complacerme en todo.

Es lo que sucede con las personas que llamamos afortunadas. La vida les sonríe.

El mundo que me rodea no obedece a las acciones que ejecuto tratando de controlarlo, sino a la frecuencia de onda que emito desde mi pequeño Universo. De manera que si dentro de mi ser impera el caos, entonces viviré caos adentro y caos afuera.

La relajación diaria tiene como objetivo aquietarnos para conseguir la alineación de todos los elementos que integran nuestro ser.

El primer paso es tranquilizar nuestra respiración, pues ella invitará al corazón a seguirla en su ritmo, y con él irán sumándose los demás elementos. A medida que nos vamos relajando nuestra mente también se aquietará, mejorando nuestro estado de ánimo.

En estas condiciones nuestro pensamiento se hará más claro y emergerá la simpatía por la vida, o sea, el amor. Este amor definirá la frecuencia de onda que emite nuestro pequeño Universo.

Con la práctica diaria, la frecuencia de onda se consolidará, haciéndose nítida e intensa. Indefectiblemente, este cambio de onda afectará a las partículas del universo interno y también del universo exterior, sanando ambos mundos.

Así se cumple el consejo que dice:

Sonríe, y la vida sonreirá contigo.


Bueno, así lo veo yo.


Seu


San Diego, 21 de octubre de 2025.


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