El Mundo que quiero



N° 1.- Hacer 20 respiraciones suaves, sin forzar la entrada ni la salida, permitiendo que sean como el cuerpo las necesite y poniendo mi atención en ellas. Acostado en el piso o acostado en mi cama, sentado con la espalda derecha o cómodamente recostado.

N° 2.- Hacer otras 20 respiraciones (deja el apuro).

N° 3.-  20 más dándole sinceras gracias a mis manos, a mis pies, a mis ojos, y a cada parte de mi cuerpo por el valioso servicio que me han prestado desde el momento de mi concepción, y por el ininterrumpido empeño en ser cada día mejor. Decirle a cada una de mis células que les estoy infinitamente agradecido y que las amo con todo mi amor. La Ley entra por sentir, por expresar, y por manifestar esa onda de amor por mí mismo, por mi capacidad de pensar, y por mi Conciencia, funciones y bendiciones que se han desarrollado en este cuerpo.

N° 4.- Agradecer al Creador por invitarnos a la vida, bendecir su vocación de transformarse en ciclos de vida. 

Permitir que de mí salgan ondas de amor hacia su presencia en todas las formas de vida.

N° 5.- Expresar mi agradecimiento y amor por el universo que me han regalado y por todos los seres con quienes comparto el regalo.

N° 6.- Tomar conciencia que todo lo que acontece en mi vida es proyección de los conceptos que albergo en mí como verdades definitivas. De manera que si quiero un mundo perfecto donde vivir una vida plena de felicidad, debo deshacerme de todo concepto de imperfección y de maldad.

El mundo perfecto SÍ es posible, y es mi elección fabricarlo.

SÍ.



Seu


San Diego, miércoles 5 de noviembre de 2025.

Comentarios

Entradas populares de este blog